sábado, 14 de junio de 2008

Un día más (Iván Rodríguez)

La verdad es que nunca he seguido de forma regular las aventuras de Spider-Man y los comics que he leído del personaje, generalmente, han sido prestados. No fue hasta que comenzó la línea Ultimate que empecé a interesarme por el Trepamuros. La
actualización que está realizando Bendis del personaje me parece impresionante. El engancharme al Ultimate Spider-Man me ha hecho ignorar al personaje en su línea “normal” y perderme, en parte, la revolución que ha llevado a cabo Straczynski.
Aunque, gracias a las recopilaciones en tomos, estoy consiguiendo recuperar esta genial etapa.
No me parece que Straczynski sea el mejor autor que trabaja en Marvel actualmente, pero no puedo negar que sus guiones son estupendos. Lo cierto es que, a raiz de Civil War y de la importancia que tenía Spider-Man en este crossover, empecé a fijarme con más atención en el personaje y en su guionista, hasta el punto de continuar con la colección una vez finalizada Civil War. Incluso pese a la facilona maniobra comercial
del arco argumental que seguía al crossover. Lo de “Back in black” estaba completamente marcado por la tercera (y patética) entrega cinematográfica de Spider-Man. Pero tampoco le di más importancia de la debida ya que el hecho del cambio de
traje estaba muy bien justificado en la historia. Evidentemente gracias a la genialidad de Straczynski.
Ya he comentado otras veces que Civil War me gustó mucho. Excepto por su final me parece una historia de lo más interesante. Pero también he dicho otras veces que todos los “grandes” cambios producidos por dicho crossover se van yendo a la mierda a
medida que las colecciones implicadas recobran la normalidad. Hace unos meses, con motivo del número uno de World War Hulk se acababa con el tema de que los superhhumanos no registrados eran perseguidos por los sí registrados, aunque parece que a Ellis le moló el rollo y sigue dándole caña en sus Thunderbolts.
La otra importante consecuencia de Civil War fue que Spider-Man había desvelado su identidad secreta públicamente. Esto, en el único personaje de Marvel en el que muchas historias se basan en los problemas del alter ego del superhéroe, no podía durar.
Por una parte me fastidia bastante el rollo de Marvel de hacer grandes cambios para a los pocos meses inventarse la forma de que todo vuelva a la normalidad, pero por otra parte me encanta la forma en que lo han hecho Straczynski y Quesada en “Un día más”.
Me parece un comic imprescindible para cualquier seguidor de Marvel, ya sea habitual del trepamuros o no.
Ha habido mucha polémica sobre el final de la historia: que si es alteración de la realidad (opinión de Straczynski), que si es magia (opinión de Quesada). No me voy a meter en cual de las dos opciones es más o menos coherente o ridícula, simplemente
creo que nunca deberían haber desenmascarado a Spider-Man para posteriormente (y en un tiempo relativamente breve) inventarse que todo sigue igual. Lo que me fastidia es
que la historia que Straczynski escribe, para hacer lo que a priori me parece una chapuza, me parece genial. Esta muy bien escrita y dibujada, y es una lástima que ya no tengamos a Straczynski como guionista de Spider-Man.
De todas formas, que los seguidores de Straczynski no se preocupen, porque ahora le toca el turno a otro personaje que había perdido el rumbo: Thor.
Thor nunca ha tenido ni tendrá la importancia de Spider-Man, pero hay que estar al tanto de lo que Straczynski es capaz de hacer con el asgardiano.

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