lunes, 26 de septiembre de 2011

Del tebeo a la novela gráfica III (Javo Rodríguez)


Un público, bastante más numeroso que en sesiones anteriores, abarrotó la sala, pero, como diría el Chapulín Colorado: "¡No contaban con mi astucia!" y, maliciándome que el cine atrae más personal que el cómic, me presente con tiempo para poder escoger sitio en la sala... y el ganador de un Oscar no apareció. Afortunadamente. No porque tenga nada contra Garci sino porque en la mesa había una silla ocupada menos. Me explico. Cuando, en un evento, como Del tebeo a la novela gráfica, veo más de tres sillas sólo me tranquilizo si el tiempo programado supera las dos horas. Tratar de encajar una presentación, las opiniones de tres invitados y la intervención del público en 90 minutos me parece una tarea imposible que siempre deja un sabor a coitus interruptus. Supongo que para Martín Casariego, moderador de la sesión, la deserción de Garci fue un marrón, obligándole a cubrir el hueco con premuras, pero Casariego, guionista (Amo tu cama rica), novelista y ensayista, solventó la papeleta. En resumen, la tercera jornada, El cómic y el cine, se desarrolló con dos invitados que pudieron expresarse sin prisas y con una mayor y más interesante intervención del público. En esta ocasión Casariego propuso la sesión como una larga entrevista.

El salmantino Antonio Hernández se dio a conocer en 1979 con F.E.N. y, en fechas más cercanas, con La ciudad sin límites (2001) y Los Borgia (2006, serie de tv y película). Su presencia estaba más que justificada, Hernández es el director de la esperada El Capitán Trueno y el Santo Grial que será estrenada el próximo 7 de octubre. Sergio Peris-Mencheta (Resident evil: Ultratumba ) será Trueno, Manuel Martínez (campeón de España de lanzamiento de peso) se vestirá de Goliath, Adrián Lamana (Cuéntame cómo pasó) encarnará a Crispín y Natasha Yarovenko (Habitación en Roma ) se meterá en la piel de la guapa Sigrid.
Hernández relacionó cómic y storyboard, "siempre he dibujado mis propios storys, haciendo un cómic antes cada película" y planteó una cuestión que merecería un debate: "Básicamente el público de los cines es adolescente y las historias para adultos se ha refugiado en la televisión". Obviamente habló su versión de Trueno, "he hecho El Capitán Trueno desde el punto de vista de que soy un niño, un lector de El Capitán Trueno, desde ese punto de vista y desde lo más profundo de mi corazón, sabiendo que es arriesgado coger a Trueno, Crispín o Goliath y darles un cuerpo, una cara, una sonrisa, un carácter, pero no he necesitado releer los cómics porque los llevo dentro, impregnados. He rodado el Capitán Trueno que yo llevo dentro, porque saber el que lleva dentro otro me parece muy complicado".

El canario Juan Carlos Fresnadillo, apasionado de las películas de terror y el fantástico desde joven, dio el golpe con Esposados (1996), un divertido mediometraje de casi 30 m., rodado con una inusual maestría para un debutante. Con Esposados obtuvo un mogollón de premios y fue candidato al Oscar. Tras rodar la fallida Intacto (2001) y un emocionante y cortisimo, 3 m., homenaje al loco -dicho sea con todos los respetos- Alejandro Jodorowsky ("me encantaría adaptar El Incal"), debutó en el cine estadounidense con los zombis de la entretenida 28 semanas después (2007), secuela de 28 días después (2002) lo que ya justificaría su presencia en la mesa, pero además, a la espera el próximo mes del estreno de Intruders, Fresnadillo está en pleno comienzo de la preparación de una nueva versión fílmica de El Cuervo de James W. O'Barr.
"El concepto de superhéroe esta profundamente arraigado en la cultura popular [...] mi primer acercamiento al cómic fue con las primeras ediciones de la Marvel [...] a partir de Superman (1978) se inicia en el cine una etapa que, en los últimos diez años, ha tenido títulos con superhéroes en el top ten de la taquilla. Desgraciadamente los dos cómics que más me han atraído ya han sido llevados al cine, Tintin y Watchmen, que yo considero una película extraordinaria". Sin complejo alguno afirmó: "Detecto algo en los cómics que me interesa mucho, cierta experimentación, cierto lirismo, que no encuentro en el cine. Tengo la impresión que en la primera adaptación de El Cuervo se quedaron fuera muchos elementos que plasmaban ese lirismo que el cómic de O'Barr desarrollaba de forma visual muy poderosa".

Un tema, citado por ambos directores, fue (es) para mi el más interesante. Si amo los tebeos es, evidentemente, por muchos de sus guionistas y dibujantes, pero, por encima de todo es por sus espacios en blanco, ese mundo maravilloso que son las calles entre viñeta y viñeta. Ese espacio mágico que es propiedad del lector, ese espacio personal que es distinto para cada uno.
"El gran riesgo de adaptar el cómic al cine es que estas sustituyendo la imaginación de cada lector por la tuya y eso da un poquito de miedo", dijo acertadamente Antonio Hernández. No me extraña su miedo.
Sobre este tema Fresnadillo añadió: "en el cómic, a pesar de estar visualizando una historia, la imaginación del lector esta aportando elementos a la historia, cosa que en el cine no sucede, es la máxima concreción, mientras en el cómic todavía hay capacidad de interpretación". Es un tema que me apasiona y me hubiese gustado ahondar en él, pero supongo, estoy seguro, que otros asistentes hubiesen incidido sobre otras cosas de igual o más interés.
En el coloquio final se abordaron temas jugosos como la adaptación de films ya existentes, Watchmen o Sin City, amén de hipotéticas versiones de títulos como Maus; los trabajos vocacionales o por encargo; los efectos especiales de truca o digitales, versión original o doblaje... todo a lo largo de más de media hora, sin prisas... y todo gracias a la ausencia de Garci, hay que agradecérselo.

Sesión I Origen y evolución de cómic
Sesión II Héroes del cómic español
Sesión IV Héroes del cómic internacional