miércoles, 10 de diciembre de 2008

Roberto Segura (Javo Rodríguez)


Roberto Segura ha sido un gamberro.

Su Rigoberto Picaporte (en Pulgarcito, DDT o Din Dan) , o Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón (Ven y Ven, Suplemento de historietas del DDT y Tio Vivo) o La alegre pandilla (Mundo Juvenil) fueron unas de las historietas a las que siempre acudí con fruición sin que nunca me defraudasen.

Es obvio que su visión de la mujer es hija de la época de su creaciones, pero aparte de análisis absurdos de lo políticamente correcto, no se le puede negar su condición de gran narrador, menos conocido, pero a la altura, de Ibáñez y de otros grandes de la época dorada de Bruguera. Siempre busqué sus historietas porque fueron de las que más me divertían.

Lamento la muerte de un grande del tebeo español.
Adiós, Segura.

Segura en Kioscopedia.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

En Expocomic







Fotos ambiente.

sábado, 18 de octubre de 2008

El regreso de Barry Allen (Cristian Rodríguez)


Ya es noticia de que el Flash de la Silver Age, Barry Allen regresará de la tumba en breve para volver al mundo actual de DC.
Ya hace 23 años que Barry Allen murió en una de las sagas más celebradas de DC, Crisis en tierras infinitas, donde se hacía borrón y cuenta nueva con la mayoría de héroes de DC.
Despues de todo este tiempo y tras haber afirmado que no se haría en repetidas ocasiones, Flash vuelve a la vida en la nueva saga de DC Final Crisis y nada menos que por uno de los mejores autores de la actualidad que es Geoff Johns, que ya se encargó de Wally West (el tercer Flash y el actual) desde el num. 164 al 225 en una de las mejores épocas del personaje (para mi la mejor).
Pues al igual que pasó con el renacer de Hal Jordan en la miniserie Green Lantern: Rebirth, ahora Geoff Johns vuelve a escribir un renacer con Flash: Rebirth.
Tras todos estos años mucha gente piensa que Flash no debería resucitar, ya que Wally West es un Flash que se ha hecho tan importante como el y así Barry Allen seguía siendo la leyenda. Pero yo veo un problema en la mitología de Flash, que es el cambio de uniforme. Hasta ahora ya ha habido 4 Flashes, el último, Bart Allen sólo tuvo una colección de 13 números en solitario y seguidamente le mataron por falta de ventas.
Se ve que en DC se han dado cuenta de algo que yo ya llevo pensando mucho tiempo. Los superhéroes son una persona concreta, no se les puede poner el traje a otra persona con los mismos poderes y seguir adelante. ¿Qué pasaría si muere Batman y ponen a otro en su traje que no fuera Bruce Wayne? ¿Tendría algún éxito? ¿Y Lobezno o Superman?
Un héroe para afianzarse necesita una personalidad y una persona que sea siempre la misma. Si se cambia es como si nos sintiéramos engañados, al menos me pasa a mí. No es cambiar el traje a otro y ya está.
Esa es la razón por la que pienso que es bueno que hayan resucitado a Barry Allen, ya que así vuelve el auténtico Flash. Y es la razón por la que también han vuelto heroes como Green Lantern o Green Arrow.
Por otra parte me parece que esto de matar a los héroes y resucitarlos siempre es algo un poco triste, porque cuando muere un héroe en DC sabes casi seguro que lo van a resucitar. Así se pierde toda la emoción en las historias. Ha pasado con casi todos los heroes de DC como: Superman, Green Lantern, Green Arrow,… y ahora el segundo Flash (y parece que el cuarto también vuelve).
Es una cuestión de tiempo que se den cuenta en DC de que los héroes de sus cómics son como los Simpson, no envejecen

viernes, 20 de junio de 2008

Tonta polémica tonta (Javo Rodíguez)

El pasado 30 de abril apareció, en el diario El público, el artículo de opinión titulado "Yo soy la debilidad" firmado por Angelica Liddell.

Al comienzo de su escrito la autora considera que cierto restaurante de putas, albañiles y viejos es un buen sitio para reflexionar acerca de los superhéroes. No voy a discutirlo, cada uno reflexiona donde le da la gana.

Ubicado el lugar de reflexión, el análisis (?) de Liddel comienza pontificando: El superhéroe representa en nuestros días la cúspide del puritanismo social y de los valores incorruptibles de la clase media europea.

Es de suponer que Liddel, cuando habla de superhéroes, se refiere exclusivamente a un determinado tipo de personaje: el superhéroe estadounidense de cómics. Baso la suposición en que su columna se incluye en una doble página dedicada a la muerte de Superman, personaje sobre el que no tiene mucho que decir, tan solo una cita que Liddell considera brillante: A Superman nunca se le notan las venas de la polla. Este tono poético de obsoleta niña terrible es el que marca el escrito.

Obvia Liddell que estos superhéroes estadounidenses no son más que mitos, en el fondo continuadores de una tradición que tiene sus orígenes en seres como Aquiles, Mercurio, Hércules, Sansón, Moisés... su única diferencia viene dada por el origen de sus poderes. Si los superhéroes de la antigüedad adquirían sus poderes por diferentes motivos religiosos y/o mitológicos, los nacidos en el siglo XX, los adquirieron por razones más modernas, eran alienígenas, humanos que se transformaban por la radioactividad o simples mutantes. Los primeros, los superhéroes de la antigüedad, tenían el molesto lastre de la religión y pretendieron una cierta realidad; los del siglo XX son pura ficción y nunca han pretendido salir de este terreno. Si algo les une es que son muy divertidos, si algo les separa es el cultismo que pretende, una y otra vez, colocar a la literatura por encima de cualquier otro medio de expresión, en este caso los tebeos. Antes de apasionarme por el Universo Marvel lo hice por la mitología griega, pero lo cierto es que el primero es más amplio, mas divertido, más moderno y más interesante que la segunda.

En cuanto a lo que se refiere al puritanismo y valores incorruptibles que representa el superhéroe, Liddell es, simplemente, antigua y desinformada. Antigua porque confunde al superhéroe actual con Superman, nacido hace setenta años. Desinformada porque desconoce títulos esenciales de "nuestros días". Si en lugar de acudir a las fáciles fuentes del tópico hubiese tratado de enterarse de como va la cosa en la actualidad, tal vez sus opiniones fuesen diferentes. Una simple lectura de títulos como Wachtmen, The Boys, Wanted, Top Ten, The Authority o The Ultimates, por poner unos ejemplos, bastarían para hacerle ver el ridículo tópico de su afirmación.

Prosigue Liddell pontificando de nuevo: [El superhéroe] encarna la búsqueda permanente de coherencia, lo cual le convierte en un estúpido o en un fascista.

¡Joder! Así que si intento rebatir con coherencia sus ¿argumentos? me convertiré en un estúpido o en un fascista. A riesgo de recibir cualquiera de los dos insultos tratare de ser coherente.

Por supuesto que han existido, y existen, superhéroes estúpidos, como existen personajes de la literatura, el cine, el teatro o la tv estúpidos. La estupidez, obviamente es de dos tipos, provocada con intención por sus autores o producto de la estupidez de sus autores. La primera no es más que un recurso lícito, la segunda una desgracia que se ha de soportar en cualquier modo de comunicación. Si lo que pretende afirmar Liddell es que todos los autores de cómics son estúpidos lo único que puedo responder es que lea más de lo que se escribe en el siglo XXI en lugar de descalificar sin conocimiento. Si Alan Moore, Mark Millar, Warren Ellis o Garth Ennis, por poner sólo unos ejemplos, son estúpidos habría que revisar el concepto de estupidez. En realidad lo que se esconde bajo las palabras de Liddell es un profundo desprecio a un género que desconoce.

¿Superhéroes fascistas? Evidentemente que han llegado a las páginas de los cómics. Los superhéroes no son más que mitos, hijos de la sociedad y los artistas que los crean. El Capitán América que nació propinando un antifascista puñetazo a Hitler en los años 40 del pasado siglo, pasó a ser un furibundo fascista anticomunista en la época de McCarty y, en la actualidad, encabeza a los superhéroes partidarios de la libertad, frente a los partidarios de la seguridad encabezados por Ironman. Los superhéroes han tenido padres (muchos curiosamente guionistas y dibujantes judíos de Manhattan, antifascistas antes de que EEUU entrase en la II Guerra Mundial), pero, en la actualidad son franquicias de las editoras y, su personalidad depende más de los artistas que realizan sus historietas que de la marcada en su nacimiento. Al igual que sucede con los mitos teatrales griegos Edipo, Electra... son utilizados por autores modernos como pretexto para contar "su historia", los superhéroes son un terreno en el que los autores de cómics cuentan "su película".
¿Coherentes? Ironman es, gracias a su entretenida versión cinematográfica, un héroe de moda que, para los lectores europeos, españoles, de clase media, es el villano del año.

Pero Liddell no se entera de nada de esto, prefiere anclarse en el siempre reaccionario tópico, en el desconocimiento. Angélica Liddell se incluye en la amplia nómina de moralistas puritanos, una "selecta lista" en la que figuran, entre otros, Fredric Wertham, el PC francés, Fidel Castro, Fraga Iribarne... o yo mismo en remota época. Las razones de estos puritanos fueron de diferente índole y con distintos objetivos. Wertham se basó en la psicología (Batman y Robin eran homosexuales), con la intención de provocar la censura en la tenebrosa época de la caza de brujas. El Partido Comunista francés y Castro (curiosamente al igual que Mussolini, en la II Guerra Mundial) en la fobia antiestadounidense, también con la intención de censurar. Manuel Fraga Iribarne en la presión de la Iglesia Católica, que consideraba a los superhéroes rivales de ángeles y del mismo Dios (amén de proteger a Bruguera de la competencia de Novaro), con intenciones censoras y económicas. Y, perdón por la inmodestia, yo mismo, por entender que violencia de los cómics de superhéroes era perjudicial para los niños aunque mis intenciones -al igual que las de Lidell, supongo- no eran censoras.

Probablemente nada de esto interese a Liddell, pero ¿entonces para que se mete?
Ella misma lo explica: detesta a los superhéroes porque uno de mis sueños frustrados, desde niña, ha sido trabajar de puta de carretera y contagiar enfermedades a los hombres. La androfobia de la frase casa perfectamente con la sandez de sus razones para ¿reflexionar? sobre lo que desconoce y es que Liddell no es la debilidad, es la hostia.

sábado, 14 de junio de 2008

Un día más (Iván Rodríguez)

La verdad es que nunca he seguido de forma regular las aventuras de Spider-Man y los comics que he leído del personaje, generalmente, han sido prestados. No fue hasta que comenzó la línea Ultimate que empecé a interesarme por el Trepamuros. La
actualización que está realizando Bendis del personaje me parece impresionante. El engancharme al Ultimate Spider-Man me ha hecho ignorar al personaje en su línea “normal” y perderme, en parte, la revolución que ha llevado a cabo Straczynski.
Aunque, gracias a las recopilaciones en tomos, estoy consiguiendo recuperar esta genial etapa.
No me parece que Straczynski sea el mejor autor que trabaja en Marvel actualmente, pero no puedo negar que sus guiones son estupendos. Lo cierto es que, a raiz de Civil War y de la importancia que tenía Spider-Man en este crossover, empecé a fijarme con más atención en el personaje y en su guionista, hasta el punto de continuar con la colección una vez finalizada Civil War. Incluso pese a la facilona maniobra comercial
del arco argumental que seguía al crossover. Lo de “Back in black” estaba completamente marcado por la tercera (y patética) entrega cinematográfica de Spider-Man. Pero tampoco le di más importancia de la debida ya que el hecho del cambio de
traje estaba muy bien justificado en la historia. Evidentemente gracias a la genialidad de Straczynski.
Ya he comentado otras veces que Civil War me gustó mucho. Excepto por su final me parece una historia de lo más interesante. Pero también he dicho otras veces que todos los “grandes” cambios producidos por dicho crossover se van yendo a la mierda a
medida que las colecciones implicadas recobran la normalidad. Hace unos meses, con motivo del número uno de World War Hulk se acababa con el tema de que los superhhumanos no registrados eran perseguidos por los sí registrados, aunque parece que a Ellis le moló el rollo y sigue dándole caña en sus Thunderbolts.
La otra importante consecuencia de Civil War fue que Spider-Man había desvelado su identidad secreta públicamente. Esto, en el único personaje de Marvel en el que muchas historias se basan en los problemas del alter ego del superhéroe, no podía durar.
Por una parte me fastidia bastante el rollo de Marvel de hacer grandes cambios para a los pocos meses inventarse la forma de que todo vuelva a la normalidad, pero por otra parte me encanta la forma en que lo han hecho Straczynski y Quesada en “Un día más”.
Me parece un comic imprescindible para cualquier seguidor de Marvel, ya sea habitual del trepamuros o no.
Ha habido mucha polémica sobre el final de la historia: que si es alteración de la realidad (opinión de Straczynski), que si es magia (opinión de Quesada). No me voy a meter en cual de las dos opciones es más o menos coherente o ridícula, simplemente
creo que nunca deberían haber desenmascarado a Spider-Man para posteriormente (y en un tiempo relativamente breve) inventarse que todo sigue igual. Lo que me fastidia es
que la historia que Straczynski escribe, para hacer lo que a priori me parece una chapuza, me parece genial. Esta muy bien escrita y dibujada, y es una lástima que ya no tengamos a Straczynski como guionista de Spider-Man.
De todas formas, que los seguidores de Straczynski no se preocupen, porque ahora le toca el turno a otro personaje que había perdido el rumbo: Thor.
Thor nunca ha tenido ni tendrá la importancia de Spider-Man, pero hay que estar al tanto de lo que Straczynski es capaz de hacer con el asgardiano.

viernes, 13 de junio de 2008

La gran columnista Angélica Liddell (Iván Rodríguez)

No tengo ni puta idea de quien coño es el tal Sindo al que cita la gran columnista Angélica Liddell en “YO SOY LA DEBILIDAD” publicada en el diario Público (30.04.08). cuando dice: “A Superman nunca se le notan las venas de la polla”. Pero, aun no siendo yo un gran fan del de los calzones por fuera, le puedo dar dos opciones para que satisfaga su curiosidad:


1 – Apáñeselas para ver Mallrats, la peli de Kevin Smith, en la que hay una interesante conversación sobre los hábitos sexuales del sujeto de pene peligroso para las o los simples mortales.
2 – Para ver potentes pollas venosas es mejor dar una vuelta por la sección de adultos de cualquier tienda de comics. Estoy seguro de que la variedad la dejará abrumada y que si se esfuerza un poco es posible que encuentre algún dibujo de Superman luciendo su kryptoniano miembro. Estoy casi convencido de que a alguien se le ha ocurrido haceruna versión porno de tan famoso superhéroe.

La original cita del fulano conocido como Sindo (si fuese mujer no quedaría bien poner fulana, así que en beneficio de la política de la corrección intuiré que es un maromo interesado en rabos de superhéroes) es solo la primera perla de un cúmulo de despropósitos que la gran columnista Angélica Liddell pretende hacer pasar por una columna de opinión.

Después de la profunda reflexión sobre las venas del supercipote pasa a criticar de forma despiadada a los superhéroes en general con frases como: “El superhéroe representa en nuestros días la cúspide del puritanismo social y de los valores incorruptibles de la clase media europea. Encarna la búsqueda permanente de la coherencia, lo cual le convierte en un estúpido o en un fascista”. Reflexiones como estas son dignas de esos grandes psicólogos y/o sociólogos que dicen que los niños que cogen un fusil de asalto y se cargan a sus compañeros de escuela lo hacen porque han estado escuchando a Marilyn Manson (esto es un poco anticuado, pero la verdad es que no se quien es actualmente el representante musical del Diablo) o les gustan los juegos de rol.

La gran columna, como si de una maravillosa sinfonía se tratase, va in crescendo hasta llegar a mi parte favorita, en la que la gran columnista Angélica Liddell nos desvela su frustrada vocación de meretriz sufridora de enfermedades venéreas con intención de contagiar a los hombres. Esto lo escribe ella, y cito textualmente: “porque uno de mis sueños frustrados, desde niña, ha sido de trabajar de puta de carretera y contagiar enfermedades a los hombres”.

¿Obsesión por los penes superheroicos? ¿Odio hacia el género masculino? ¿Necesita la gran columnista Angélica Liddell un juguetito de tienda especializada en el arte del amor?

Es muy posible que yo sea completamente idiota y no sepa leer entre líneas tan sutil y hermosa columna, es probable que mi idiotez venga de leer estúpidos y/o fascistas comics de superhéroes y que cuantos más leo más se me va pudriendo el cerebro. Y que estas circunstancias me lleven a escribir mis desvaríos en un blog, o quizá algún día poder plasmar mis pútridos pensamientos en una columna.

No me voy a molestar ni en hacerle una lista de lecturas recomendadas, ya que estoy convencido de que una persona tan bien informada como usted se habrá documentado para escribir una opinión sobre superhéroes. Aunque, sinceramente, creo que una columnista de su calibre debería escribir sobre cosas más serias y dejarnos estos temas a los frikis descerebrados.

miércoles, 30 de abril de 2008

Carlos Giménez (Javo Rodríguez)


Después de un tiempo, Carlos Giménez ha vuelto con una nueva serie: 36-39 Malos tiempos, de la que acaba de aparecer el segundo tomo.
Una vez más ha conseguido que su lectura no se pueda abandonar hasta llegar a la última (maldita) página.

El tomo, recién aparecido, fue presentado en el Salón del Cómic y, como sucede con los trabajos de Giménez en muchas ocasiones de este tipo, el trasfondo histórico, obviamente la guerra civil, primó sobre la propia obra.
En más de una ocasión Giménez ya ha dejado claros sus puntos de vista sobre la carnicería española. Primero: pretende ser objetivo con los hechos, pero él no es neutral, “desprecio a los neutrales”, afirmó literalmente. Segundo: en cualquier guerra se producen barbaridades y crímenes en ambos bandos contendientes, pero en nuestra guerra civil, todas esas barbaridades y crímenes fueron fruto de un sangriento golpe militar, dirigido contra un régimen democrático y legal.
Personalmente comparto ambas opiniones, pero aunque no fuese así no dejaría de admirar a Carlos Giménez. Las buenas intenciones, la ideología, no bastan para obtener una obra artística respetable (la cantidad de pelis muermos sobre guerra civil que he soportado). Giménez traspasa esas buenas intenciones, para convertirse en uno de los grandes narradores del cómic actual.

Tuve el placer de conocer a Carlos Giménez hace más de veinte años. Por entonces ya era admirador de su trabajo. De hecho él (y los guiones de Sánchez Abuli) eran lo que me mantuvo sujeto al cómic en una época llena de Moebius (también presente en el salón) o Corben, quienes, con todo los respetos, me aburrían mortalmente.
Por entonces yo estaba en el teatro, en la Sala Triángulo, y tenía el proyecto de adaptar sus divertidas Historias de sexo y chapuza. Giménez fue extremadamente amable y generoso, concediendo derechos y libertad para versión. Aunque el proyecto no paso de la fase de ensayos, escribí la adaptación, lo que me dio ocasión de conocer a fondo su arte narrativo.
He dicho “escribí”, pero en realidad no hacia falta adaptar nada, sus bocadillos ya eran puro diálogo, sus dibujos contenían todas las acotaciones para una puesta en escena.

Mi admiración por el autor no ha dejado de crecer desde entonces. Solo la lectura de la última historieta de 36-39 Malos tiempos II, titulada Sito, merece, sin despreciar a las demás, la compra y lectura del álbum.

Si, hay que agradecer a Giménez que siempre opine, que se pringue, que sea crítico, pero sobre todo yo le agradezco el enganche que me produce su arte –supongo que él nunca lo llamaría así- para dibujar, para escribir... para narrar.

martes, 29 de abril de 2008

Apocalipsis Friki (Javo Rodríguez)

Debo reconocer que, aunque apreció a los guionistas, es difícil que, en general, un cómic me entre si sus dibujos no me gustan. Esto ha hecho que la obra de Peter Bagge me resultase de difícil lectura, Pero también es cierto que si un guión me engancha, el dibujo puede pasar a un segundo plano. Esto es lo que me ha sucedido con Apocalipsis Friki (Apocalypse Nerd) publiacdo por La Cúpula.

La traducción española de nerd no es demasiado afortunada, su traducción se acercaría mucho más a borde –en su acepción de antipático- que la de friki, por más que sus protagonistas –el informático Perry y el camello (en su acepción de persona que vende drogas tóxicas al por menor) Gordo- puedan parecer algo frikis.

Aquí es donde empiezan las contradicciones, Perry y Gordo, son normales, demasiado normales. El propio Bagge ya dijo en Barcelona que se había encontrado con muchos, demasiados, Buddys (Hate) en España. Apocalyse Nerd se acerca más a mis queridas historias de The Living Dead, con unos personajes colocados en una situación límite, que al humor.

La historiieta no tiene nada de graciosa, es bastante terrible y significativa de lo que la paranoia puede producir. Bagge afirmó en Barcelona, para disgusto de obsoletos anti-estadounidenses, “mi trabajo no es un ataque a mi país, es una sátíra de la sociedad estadounidense, porque es la sociedad en la que vivo”.

Dado que la sátíra es una composición poética u otro escrito cuyo objeto es censurar acremente o poner en ridículo a alguien o algo, no cabe duda que Bagge lo consigue, Una obra, contra la paranoia de la seguridad (y de paso contra las armas) que merece la pena leer y, para mi, lo mejor de Peter Bagge.

lunes, 28 de abril de 2008

Del Tebeo al Manga (Javo Rodríguez)

Al finalizar la presentación de novedades de Panini en el Salón del Cómic de Barcelona 2008, me di el gustazo de acercarme a Antoni Guiral y darle una sincera felicitación por el trabajo que él y su equipo están llevando a cabo en su enciclopedia Del Tebeo al Manga.

Tal vez sea arriesgado alabar una obra de la que sólo conozco una tercera parte, pero la entidad, el rigor, la precisión y, no por último lo menos importante, la amenidad de las cuatro primeras entregas, bien merecen correr el riesgo.

Los estudios españoles sobre el cómic van siendo cada vez más frecuentes y, lo que es más importante, de una calidad incontestable.
Desde los ya lejanos tiempos de La Historia de los Cómics, dirigida por Javier Coma, obra básica de nuestra bibliografía teórica (aunque mayoritariamente compuesta por especialistas foráneos); a los más cercanos, donde De la Historieta y su uso, monumental obra dirigida por Jesús Cuadrado a la que el tebeo español nunca podrá agradecer suficientemente su valor, o, en otro terreno más especifico –el de los cómics de mutantes- la insólita y extraordinaria Cronología X.
Son sólo unos cuantos ejemplos, hay más pero el objetivo de este escrito es hablar sobre Del Tebeo al Manga.

La obra de Antoni Guiral y su equipo constituye, en lo publicado hasta la actualidad, el mejor estudio sobre los cómics editado hasta el momento, no sólo en el ámbito nacional, también en el mundial (¡hala que exagerado!), puede ser que el placer que me produce su lectura me haga exagerar, pero reto a cualquiera a que me indique, en cualquier idioma, una obra teórica de su envergadura. Si, ya se que existen excelentes diccionarios e historias, pero la visión global –siempre unida a datos históricos y sociológicos- no se puede encontrar en la bibliografía mundial sobre el cómic.

No quiero dejar este escrito sin volver a resaltar su amenidad, factor que se olvida en muchas ocasiones, pero que para mi es esencial... espero, ansioso, el siguiente tomo para devorarlo... y aprender, repasar o divertirme.

martes, 22 de abril de 2008

Salón del Cómic (Iván Rodríguez)


Voy a destacar un par de novedades por cada una de las tres editoriales más importantes (Norma, Panini y Planeta).

Comenzando por Norma, me parece que es imprescindible destacar Lost Girls de Alan Moore y Melinda Gebbie, más que nada por la el largo periodo que ha permanecido la obra inédita en nuestro país y la fidelidad con la que los chicos de Planeta la han publicado, en una edición idéntica a la americana de 2006, en tres tomos. Los tomos dos y tres pertenecientes a la obra saldrán a la venta el mes que viene y el siguiente, para poder rellenar la caja que acompaña al número uno.

El otro tomo que me gustaría destacar de lo publicado por Norma es el numero siete de Strangers in Paradise, con el que al parecer termina la serie o, por lo menos, se aclaran las relaciones entre los tres personajes protagonistas. Además es interesante la posibilidad de que Marvel llegue a un acuerdo con Terry Moore para que el autor de Strangers in Paradise sea el guionista de una nueva historia para Spider-man.

De Panini es importante destacar el cuarto tomo de su ambiciosa enciclopedia Del Tebeo al Manga. Este tomo está dedicado básicamente a los supers de Marvel, lo que lo convierte en un ejemplar imprescindible no solo para los compradores habituales de los tomos pertenecientes a la enciclopedia, si no para cualquier aficionado a las colecciones de LA CASA DE LAS IDEAS. Me gustaría destacar que me parece muy agradable escuchar el cariño y el orgullo con el que hablan los editores de Panini de esta obra.

El tomo Los Nuevos Vengadores: Los Illuminati, que compila lo publicado como miniserie por Marvel tiene muy buena pinta, siento dar una opinión tan vaga, pero se lo tengo que comprar a mi librero habitual para que me siga queriendo y no quiero leerlo hasta que lo tenga en mi poder. Pero lo cierto es que, con la habilidad mostrada por Bendis para jugar con la continuidad de Marvel, va a ser una obra básica para comprender lo que la editorial americana está preparando para un futuro cercano.
Hay que destacar que este tomo lleva como subtítulo “Invasión Secreta”, que no es más que el GRAN EVENTO MARVEL que comenzará tras World War Hulk.
Es curioso que cuando les preguntas a los editores de Panini si no les parece que se está saturando a los aficionados con todos estos GRANDES EVENTOS, responden diciendo que algunos aficionados españoles siguen las series tal y como se publican aquí, pero al mismo tiempo estan al tanto de las novedades americanas, de forma que les da la impresión de que los GRANDES EVENTOS se solapan. Pero la brutal realidad es que si están llegando a solaparse, ya que gracias a la gran labor de Panini con Marvel (esto no es peloteo, Panini lleva el retardo evidente producido por las labores de traducción, pero tienen una sincronización casi perfecta con la publicación americana), cuando World War Hulk acaba de nacer ya se está gestando “INVASIÓN SECRETA”.

Vamos con Planeta y su penosa reedición de una gran obra como es Camelot 3000 en su línea de Ediciones Absolutas. Lo de “penosa edición” no lo digo por la forma de editarlo, ya que pese a ser bastante grandes y de difícil colocación en las estanterías convencionales, las Ediciones Absolutas de Planeta son de muy buena calidad, vienen acompañadas, generalmente, de material extra muy interesante y son obras que llevaban tiempo sin ser reeditadas.
Camelot 3000 es una obra muy importante para mi, ya que fueron los primeros comics que seguí con ávido interés, y lo cierto es que la primera vez que se publicó en España (como miniserie de nueve números) no pude tenerla completa (no es que sea un mal coleccionista, para empezar tenía seis añitos y para continuar la distribución a los kioscos no era demasiado buena), de forma que cuando Zinco editó el tomo con la serie completa me lo compré y disfruté mucho leyendo la introducción. Creo recordar que este tomo es de 1993 y que hasta la actual edición no se ha vuelto a reeditar, de forma que cuando hace un par de meses me enteré de que Planeta preparaba el tomo nuevo para el Salón me ilusioné bastante y estaba seguro de que, tal y como hacen las Ediciones Absolutas (con una buena cantidad de material extra), iba a tener que comprarlo. Pero ha sido una gran decepción, pues esta reedición es exactamente igual a la que hizo Zinco en su momento, solo cambia la calidad del papel, que ahora es tapa dura y el cambio de tamaño. Se que habrá gente que agradecerá tenerlo en el nuevo formato, pero también se que hay material para complementar la obra que no está publicado en nuestro país y que le hubiese dado más interés al tomo. De todas formas no tengo la más mínima duda de que se va a vender muy bien, ya que es un clásico que lleva sin estar disponible muchos años y que, aunque a mi no me merezca la pena comprarla, muchos aficionados agradecerán la reedición.

La otra “novedad” de Planeta, o mejor dicho: LA NOVEDAD DE PLANETA PARA EL SALÓN es La muerte de Superman (The Death and return of Superman Omnibus). Un tomo muy, muy gordo, muy bien presentado, que ocupará un lugar de honor en las estanterías de muchos aficionados, pero que probablemente no lea ni Cristo.
La historia de “LA MUERTE DE SUPERMAN” fue, es y será más mala que un dolor, no solo eso, las historias que surgieron a raíz de tan importante acontecimiento (que si el funeral, que si los diferentes “SUPERMANES”, etc) eran igual de lamentables. Todo para acabar resucitando al difunto al cabo de unos meses (no se cuanto tiempo pasó exactamente, pero poco me importa).
Es divertido preguntar a los chicos de Planeta si “LA MUERTE DEL CAPITÁN AMÉRICA” ha influido en algo sobre la publicación de este tomo, pero aun más divertido es que la respuesta sea que DC mató a SUPERMAN antes que Marvel al CAPI. Vale de eso no hay duda, pero que esta reedición es de lo más oportunista con respecto al material publicado actualmente por la competencia está clarísimo, y, además, DC no son los pioneros en la muerte y resurrección de personajes famosos, no tengo más que recordar que el CAPI permaneció “muerto” (si congelado, pero eso se descubrió mas tarde) durante una buena temporada.
En definitiva: una muy buena edición decorativa, ya que la historia no merece la pena y era completamente innecesaria salvo por el hecho de ser el 70 aniversario del de los calzones por fuera de los pantalones.
Quiero aclarar que se me ve mucho el plumero, yo soy MarvelFan y no lo puedo evitar, pero también llevo mucho tiempo leyendo y nadie me va a convencer de que “LA MUERTE DE SUPERMAN” es un buen guión y que por muy bien que vaya presentado jamás pasará a la historia más que como una inteligente maniobra comercial.

Para terminar me gustaría decir que me sorprendió muy gratamente ver lo jóvenes que son los editores de Norma y Planeta frente a los de Panini (no os estoy llamando viejos, pero los otros son o parecen más jóvenes), pero me jode que los que hablan con más ilusión y pasión de sus productos sean los más mayores. Creo que cuando se hace una presentación de novedades (a la que al final van más aficionados que profesionales, aunque no sea el objetivo original) hay que mostrar más interés por las obras. Pero está claro que siempre será más fácil hablar con pasión de la maravillosa Marvel que de DC. Que sí, que se me ve el plumero. ¿Y QUÉ?

miércoles, 9 de abril de 2008

World War Hulk (Iván Rodríguez)

Tras el “decepcionante” final de Civil War el siguiente GRAN EVENTO MARVEL (otro macro-crossover) es World War Hulk.
Después de haber leído los primeros números, pinta bastante bien. Estoy deseando ver como el Goliat Verde le rompe el cráneo a Iron Man.

Voy con lo bueno: el crossover está planteado de la misma forma que Civil War, de forma que leyendo la línea general entenderemos la historia a la perfección, y el que tenga interés por algún personaje en particular puede ver los resultados del crossover en su colección habitual o en los especiales que se publican al efecto.
También se puede completar toda la historia pidiéndole al friki del librero de turno que nos guarde todo lo que se publique que tenga puesto World War Hulk en la portada.

Sigo con lo intermedio: al igual que en Civil War la línea general tiene una colección hermana; Front Line (vale “Primera Línea”, pero aquí cada uno traduce lo que le sale de los mismos. World War Hulk “mola” en inglés aunque sea prácticamente imposible repetirlo tres veces seguidas sin parecer imbecil. Ya me meteré con lo que se traduce y lo que no en otro momento) que, sin ser imprescindible, da un punto de vista muy importante a la historia y, en el fondo, desvela muchas cosas que pueden no quedar claras en la línea general. En definitiva, que si la historia te interesa te tienes que pillar también Front Line.

Termino con malo: seguimos en las mismas. Dinastía de M, Diezmados, Civil War, La Iniciativa (no es un crossover pero como si lo fuese), World War Hulk y, sin respiro, nos meteremos de lleno en Secret Invasion.

Entiendo la postura de Marvel: Dinastía de M funcionó bien y estableció una nueva forma muy interesante de plantear o publicar los crossovers. Como los más afectados tras esta historia fueron los “mutis” seguimos la historia con Diezmados, con una trampa: hay muchos “mutantes” repartidos por las colecciones Marvel, así que al final Diezmados afecta a todo el “Universo Marvel”.
Tras Diezmados llegamos a Civil War que lo queramos o no marca un antes y un después en todo el “Universo Marvel” afectando a todo bicho viviente (con lo de “bicho” va un guiño a “Spider-Man”, aunque las repercusiones más importantes de Civil War en el trepamuros se las van a cargar en breve, pero eso es otra historia). A raíz de los acontecimientos de Civil War se lanzan o relanzan colecciones (“Castigador”, “Poderosos Vengadores”), se cambian equipos creativos, etc. Todo para justificar el rollo de “La Iniciativa”, que al fin y al cabo es la secuela de Civil War, que sería más creíble si, en el número uno de World War Hulk, Iron Man no dijese que “promete amnistía a todos los enmascarados no registrados que ayuden a luchar contra Hulk. Las consecuencias de Civil War para los héroes proscritos borradas de un plumazo. Repito que entiendo la postura de Marvel, en el sentido de sacar nuevas colecciones y exprimir a los lectores, pero se suponía que Civil War iba a revolucionar el “Universo Marvel, y no ha sido así, lo que me da bastante pena.

De todas formas, Marvel lleva toda la vida trabajando de esta manera y los lectores habituales de las colecciones de la editorial deberíamos estar acostumbrados a estas chapuzas y no nos queda mas remedio que esperar que el número de bajas en World War Hulk sea elevado (tengo que hacer una lista de personajes que merecen ser exterminados) y mirar al horizonte con ojos escépticos, ya que lo que nos viene es “Secret Invasion” y los “Skrulls” siempre han sido unos perdedores.
No me quitaré jamás el sello de Marvelfan, aunque durante alguna temporada haya dejado de comprar sus comics y de vez en cuando les “ponga los cuernos” con otra editorial. De forma que siempre me patearan las tripas los “Gafapastas” que critican, sin saber, cualquier producto Marvel.
Esto lo digo para que quede claro que cuando critico a Marvel lo hago desde el conocimiento y que lo hago sin maldad (más o menos), se lo que hay y si quiero lo compro y si no paso. Lo que no hago es hablar de la basura que leen estos culturetas del cómic, ni ignorar la existencia de las publicaciones que leen los “Gafapastas” porque de vez en cuando pueden aparecer cosas interesantes entre la basura ya que hasta Neil Gaiman a escrito algo interesante (poco , pero algo).
En definitiva: el que tenga interés en ver a Hulk pegándose con todo el “Universo Marvel” no se puede perder este crossover, aunque las consecuencias de la historia (ya hemos visto lo que pasa con los grandes acontecimientos) se pierdan como lágrimas en la lluvia (sí es de Blade Runner.

viernes, 4 de abril de 2008

Mortadelo y Filemón (Javo Rodríguez)

Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida, añoranza.
Así se define nostalgia. Dicen que la nostalgia es reaccionaria. Me parece una sandez.

Creo que todos los que amamos los tebeos, el cine, el rock tenemos algo de nostálgicos, de añoranza de una infancia, de una adolescencia, donde, por primera vez, una historieta, una peli, una canción, nos enamoraron.
Para que la nostalgia sea perjudicial en necesario que el presente y el futuro no existan.
Nostálgico enfermizo no es el que añora al Jabato, a la Guerra de las Galaxias o a los Beatles. Nostálgico enfermizo es el que afirma que no hay nada nuevo que merezca la pena después de sus nostalgias.
¿A qué viene esta parrafada? Bien, creo que viene a cuento para comentar operaciones nostálgicas de nuestra ¿industria? dedicada al tebeo. En concreto quiero hablar de la última edición de Mortadelo y Filemón publicada por Ediciones B.
Su antecedente esta en dos publicaciones dedicadas al Capitán Trueno: Chandra, el usurpador y otras historias y El cautivo y otras historias, donde se reeditaron las historietas de Trueno aparecidas, al margen del cuadernillo, en Pulgarcito. No tengo nada en contra de la utilización comercial de los cumpleaños, por el contrario opino que esas operaciones son beneficiosas para el cómic y su difusión. Las dos ediciones dedicadas a Trueno ofrecían una publicación más que digna de un material que lo merecía y aportaban un color nuevo que, en el caso de Chandra, el usurpador y otras historiass era inédito. En el caso del segundo tomo, El cautivo y otras historias, más discutible me parece el coloreado de las historietas que ya habían aparecido en colores. En cualquier caso, al margen de mis discutibles opiniones, el material, la edición, mereció la pena y completó la reedición de un personaje inmortal del tebeo español, en su mejor época con los dibujos de Ambrós y los guiones de Víctor Mora.
¿Sucede lo mismo con la última edición de Mortadelo y Filemón? En mi opinión, rotundamente no. Las coincidencias con la reedición de Trueno son algunas, aprovechamiento del cincuentenario, personajes inmortales del tebeo español, buena edición... y poco más. Si Ambrós y Mora estaban en un buen momento, no sucedía lo mismo con Ibáñez, sus geniales primeras historietas de una página necesitaron el formato franco-belga, el álbum, para dar un paso más, sin que las historietas doble página aportasen demasiado a los dos inútiles detectives. Por muy discutible que pueda ser el coloreado el experimento no ha sido aplicado a esta edición.. Pero si hay algo que achaque a esta edición es su falta de respuesta a la evolución de los personajes. Trueno es casi pétreo, a pesar de los desastres del algunos dibujantes, provocados en parte por la nefasta política de Bruguera en la época, y de sus modernizaciones al estilo espada y brujería.. Mortadelo y Filemón no. Pasaron de Sherlock Holmes a James Bond , de trabajar en solitario –casi como un matrimonio- a integrarse en una agencia, de ignorar su entorno a reflejarlo... Su grafía cambió, los secundarios tuvieron su papel, fueron llevados al cine y la tv... Miguel Fernández Soto, en su estupendo El Mundo de Mortadelo y Filemón, ya analizó todo esto mejor que yo. Nada de esto se refleja en Mortadelo y Filemón, Agencia de Información, Edición 50 Aniversario. Una edición nostálgica que aporta poca cosa. Una lastima.

viernes, 28 de marzo de 2008

Salón de Granada (Javo Rodríguez)

¿Tiene sentido, desde una perspectiva madrileña, trasladarse a Granada, para acudir al su Salón Internacional del Cómic?

En principio, no. Expocomic –por cercanía espacial- o el Ficomic –por cercanía temporal- parecen hacer innecesaria la siempre agradable visita a Granada.
Repito que esto es desde una perspectiva madrileña, lo que no impide el interés del Salón granadino para los aficionados andaluces.

Si fui a Granada fue por una razón: sus encuentros, o mejor por sus actividades paralelas. En concreto tenía un gran interés en conocer a Brian Bolland –The killing Joke, me marcó; no sólo por su guión sino también por su dibujo- y, en menor media, a Brian Azzarello, Jill Ann Thompson, Juan Jiménez, Carlos Ezquerra, Cels Piñol, Miguel Brieva y, en general, a los autores presentes.
Y en este aspecto es donde tengo un profundo malestar que, para aclarar las cosas, no es achacable a Granada. La profunda incomodidad que me producen este tipo de actos la achaco a que, en mi opinión, se produce habitualmente maltrato a invitados y público.
En lo que se refiere al público diré que la charla con Bolland, anunciada el viernes 29, fue suspendida; se nos anunció, al público presente que Bolland estaría al día siguiente por la mañana (bueno, qué le va hacer, estaba firmando). A la mañana siguiente, estábamos en la puerta del salón de actos esperando la presencia del dibujante británico... para que, de nuevo, se nos anunciase que el encuentro quedaba definitivamente suspendido, sin más explicaciones.
En cuanto a los invitados, los encuentros se sucedieron sin moderador en muchas ocasiones, con los invitados sin presentación. Insisto que este trato no es exclusivo de Granada, he visto a Antonio Martín , por poner un ejemplo, tener que presentarse a si mismo en Madrid o Barcelona.

Tal vez a algunos esto les parezca una chorrada, a mi no. Me parece exigible respeto como público y creo que la normalización del cómic como cultura pasa por mejorar este aspecto de los salones.

jueves, 28 de febrero de 2008

30 días de oscuridad (Iván Rodríguez)

El sueño de todo vampiro: vivir en Alaska y tener un mes al año sin la molesta luz del Sol para poder comer y hacer todo lo que hacen estas simpáticas criaturas.

Este es el planteamiento del que parte 30 Días de Oscuridad de David Slade (Hard Candy), basada en el cómic 30 Días de Noche de Steve Niles y Ben Templesmith.
Con una atmósfera igual de agobiante que Hard Candy aunque con la ventaja de la continua oscuridad, David Slade nos deja una versión cinematográfica muy fiel al cómic original.

Solo un par de recomendaciones, tanto para lectores de cómics como para aficionados a los vampiros:
Primera: si buscáis chupasangres glamorosos estilo a no es vuestra peli. Los vampiros aquí son bastante sucios y la película tiene momentos muy gore.
Segunda: lo primero que pensé al terminar de verla es que, después de haber leído cómics como Los Muertos Vivientes y visto películas como “28 Días Después”, se echa de menos el rollo actual de ahondar en las relaciones de los personajes que están sufriendo una situación jodida.

En resumen: una buena película, fiel al original y bastante entretenida.

viernes, 11 de enero de 2008

Estraperlo y tranvia (Javo Rodríguez)


En mi infancia, cuando tenía la inmensa fortuna de pillar una gripe lo primero que pedía era zumo de naranja y tebeos. Si había suerte llegaban Pulgarcito o DDT o Tio Vivo; pero, en ocasiones, estos estaban agotados y lo que me traían era el TBO. No me gustaba el TBO, me parecía una antigualla, tan sólo una familia y un autor llamaban mi atención. El autor era “el de los personajes flacos”,hasta años después no sabría que su nombre era Coll, un historietista que, pese a su genialidad, tuvo un miserable y trágico final. La familia era la Higueruelo, más conocida como los Ulises.

Con imágenes de Benejam y guiones, no acreditados, de Joaquín Buigas, desde su aparición en 1944 fueron un fijo en la última página del TBO hasta su desaparición.

Habría de pasar dos décadas para recuperar las historietas de los Ulises. En 1988, con el título ¡Hala, hala a mogollón... con la familia Rovellón!, Francisco Pérez Navarro y Jordi García Sempere, retomaban los personajes aunque convenientemente (¿) puestos al día.

Ahora, en pleno siglo XXI, de la mano de Alfonso López, la familia Ulises regresa en Estraperlo y Tranvía . En el prólogo afirma el autor que “esta nueva aventura está hecha desde el respeto, pero no desde el mimetismo” y realmente, como sucedió con su revisión de La Juventud del Capitán Trueno, López consigue su objetivo.
Acertadamente Alfonso López ignora el agigornamento de los Revellón, ambientando su historieta en 1952, con el estraperlo, los maquis y el Congreso Eucarístico como fondo, la vida de los Ulises se complica (como en las añejas historietas) con la aparición de un elemento extraño al núcleo familiar, en esta caso el sinvergüenza Fernandino, un antiguo amigo de Ulises que dificultara el objetivo del cabeza de familia: la compra de una nevera eléctrica.

La historia es entretenida y mantiene la atención de principio a fin. El dibujo de Alfonso López es brillante, no sólo en su versión de los los Ulises, sino también en los múltiples cameos de personajes tanto de ficción como reales. Es un entretenimiento añadido encontrar en sus viñetas a Zipi, Zape (y Don Pantuflo), a Carpanta, a Doña Urraca, a Don Pío (y Benita), o a las hermanas Gilda, entre unos personajes de ficción que, curiosamente no corresponden al universo del TBO, sino al de Bruguera. Entre los personajes reales también podemos buscar a Fernando Fernán Gómez, a Manuel Alexandre o a José Luis López Vázquez.

Un homenaje, lleno de cariño a estas entrañables criaturas y un solo pero ¿por qué se ha suprimido el peculiar y barroco lenguaje de Doña Filomena?.