domingo, 1 de noviembre de 2009

Sorpresas (Javo Rodríguez)

Echar un vistazo a la sección de novedades de cualquier número de Dolmen constituye un autentico ejercicio para la frustración: imposible comparar todo lo que parece interesante y aunque pudieses cómprarlo, la lectura se convertiría en actividad única que imposibilitaría cualquier otra.
Los libreros podrían ser un paso que te facilitasen una selección pero, por un lado no tienen espacio ni para exhibir lo que ellos pueden considerar de interés y, por otra parte, salvo honrosas excepciones, no son más que meros vendedores, dependientes que desconocen mucho de lo que venden y, por supuesto, ignorantes de sus clientes, aunque estos sean habituales.
Las revistas especializadas como Dolmen (¿hay otra?) tienen el mismo problema que las librerías.
El lector, y aquí me pongo en primera persona, también posee sus particulares prejuicios, estando muy poco abierto a la novedad. Somos, soy, asiduos de determinados autores, personajes, editoriales...
Todo esto es bien sabido por los amantes de la viñetas y no me encuentro en condición de ofrecer soluciones, pero, en ocasiones, salta la liebre donde menos se espera,
Mi última liebre ha saltado en mi biblioteca municipal.
Muy poco o nada, me interesa el cómic de temática social, no por prejuicio alguno sino porque, habitualmente es dogmático y tendencioso. Así que si se me presenta un tebeo gallego sobre el Prestige y el chapapote, en principio, huyo de él rápidamente... y meto la pata.
Con desdén, pero en honor a una amiga gallega, Yeni, saque de la biblioteca La cuenta atrás... y me fue imposible soltarlo hasta el final.
Me encontré con un estupendo dibujo de Sergi San Julián y, sobre todo, con un inmenso –al menos en esta obra- guionista, llamado Carlos Portela, que alcanza cotas poco habituales en el tebeo español. Mis admirados Max o Paco Roca son merecedores de sus premios, pero, sin pretender ninguna polémica, “La cuenta atrás” se merece algo más del reconocimiento que ha tenido y, obviando subjetivos galardones, es una lectura imprescindible para los amantes del buen tebeo.