Confieso que me encantan los personajes pop, esos iconos que soportan con éxito cualquier revisión, y Holmes es uno de los más emblemáticos.
Nacido de la pluma de un señor tan ¿serio? como Sir Arthur Ignatius Conan Doyle en Estudio en escarlata (1887), el británico detective ha pasado por todos los géneros, al igual que otros inmortales del pop –léase Zorro, The Shadow, Tarzán o Batman, por nombrar algunos-y lo cierto es que fui a ver la peli con interés y una cierta prevención...
Prejuicios, salí encantado del cine. La peli de Guy Ritchie responde a las expectativas, es brillante y, sobre todo, muy divertida. El reparto -encabezado por un Robert Downey Jr., capaz de convencer encarnando tanto como Holmes como a Chaplin o a Iron man- es ajustadísimo. Los decorados y los efectos especiales, ambos magníficos, quedan oscurecidos por el estupendo guión.
Solo dos pegas: la primera habitual en el cine comercial: su duración, 128 minutos, es excesiva, con 20 minutos menos hubiese bastado; la segunda es su banda sonora, de acompañamiento en todo el film, de repente, en la secuencia de las explosiones, introduce una melodía de connotaciones árabes que a.no se entiende muy bien. Si queréis pasar un buen rato y ver una versión actual de Sherlock Holmes no dejéis de verla.
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